El margen de tiempo para prevenir un latrocino está agotado.
En Piedras Negras hoy es realidad un estado de contingencia ambiental de carácter internacional, resultado de la falta de inversión y planeación en drenaje lo que orilló a tener que descargar el drenaje a cargo de SIMAS en arroyos y ríos de esta frontera que desembocan en el Río Bravo, causando contaminación a la más alta escala y que apunta a sanciones de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Con puntos de derrame en colectores como el puente del “Apenitas”, el bulevar República, así como las colonias Bravo y Morelos, el problema ha salido de control al enviarse el enome volumen de agua no tratada a afluentes del Río Bravo, especialmente al Río Escondido, donde cada vez con mayor frecuencia los ciudadanos dan cuenta de la muerte de peces y destrucción del medio ambiente.
De acuerdo a información obtenida mediante transparencia por este portal, la planta tratadora de Piedras Negras cuenta solamente con capacidad para 720 litros por segundo, mientras que el volumen que se inyecta desde la red de agua, es de mil 200 litros por segundo; es decir casi el doble.
Asimismo 500 de los 750 kilómetros que comprende la red de drenaje de la ciudad son ya inservibles por obsoletos, equivaliendo al 66% de la tubería, de acuerdo al actual Plan Municipal de Desarrollo.
El amorfo crecimiento que ha experimentado esta ciudad con aprobación masiva de fraccionamientos de miles de viviendas sin construirse una nueva planta tratadora ni inversiones sustanciales en la red de colectores, se acentúo a inicios de la década del 2 mil con la conexión de desarrollos de viviendas de interés social al poniente de la ciudad en sectores como Acoros y Año 2 mil que fueron conectados a un drenaje que hoy descarga directamente al Río Escondido a la orilla del bulevar República.
Además del SIMAS, el ecocidio cuenta con más elementos involucrados como la empresa “LaBasa”, señalada en múltiples ocasiones por vecinos de Villa de Fuente y Colinas, quienes han acusado a esta compañía de contaminar el Río Escondido, obstaculizar el paso adecuado de colectores, además no ser apta para ubicarse dentro en la mancha urbana.
Mientras este problema quedó en desatención de las autoridades locales, se ha ceñido una ruta de sanciones por contaminación binacional a Piedras Negras, como ya ha sucedido recientemente en otras entidades fronterizas como es el caso de Tijuana.
Para una gran parte de ciudadanos así como activistas la atención a este desastre es ya ineludible, bajo la necesidad urgente de construir nuevas plantas tratadoras, detener la autorización de fraccionamientos, y un financiamiento de índole federal o binacional (NADBANK) para frenar la grave contaminación producida en los últimos años.