Mientras que para muchos habitantes de la Laguna la llegada de agua al cauce del Río Nazas provoca entusiasmo, para los pobladores de los ejidos y pequeñas comunidades escausa preocupación y angustia, pues temen se repita la tragedia ocurrida en 2016, cuando algunas comunidades fueron cubiertas totalmente por el agua.
«Estamos preocupads porque hay pozos y no han venido a reforzar bordos ni a poner costales», explicó una mujer del poblado Hormiguero, que caminaba de regreso a su vivienda, luego de verificar que el agua aún no se encontraba en el territorio.
En entrevista para el periódico «El Siglo», habitantes de las comunidades que convergen al «Padre Nazas», explicaron que prefieren monitorear ellos mismos el flujo del agua desde la presa, para llevar a cabo un plan en caso de ser necesario, «la vez pasada nos evacuaron, las mismas personas anduvieron trabajando, reforzando los bordos y ahí se quedaban, les traían almuerzo, comida y cena, fue por eso que pudieron controlar el cauce», señalaron al recordar lo vivido en 2016.
En 2016, varias colonia de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, Durango tuvieron que ser evacuadas, mientras que algunos ejidos fueron cubiertos totalmente por el agua, dejando a los pobladores sin pertenencias, la Laguna fue declarada zona de emergencia.