Un total de doce días ha cumplido este lunes el Puente Internacional Uno de Piedras Negras cerrado al cruce de vehículos derivado de la declaratoria de emergencia de Eagle Pass ante la desbordante crisis migratoria que ha implicado alrededor de 20 mil cruces de migrantes en las últimas dos semanas de septiembre.
Al informar sobre el cierre del puente el pasado 20 de septiembre, el alcalde de Eagle Pass, Rolando Salinas, anticipó graves afectaciones económicas dado que gran parte del presupuesto de esa ciudad depende de los ingresos del Puente Uno.
«El cierre del Puente Uno está afectando mucho a la ciudad, la mayor parte del presupuesto depende de las tarifas del puente, entonces es un gran impacto a la ciudad y también a la gente», consideró el funcionario al calificar como desafortunado el cierre de uno de los puentes internacionales que une a Eagle Pass con Piedras Negras.
En Piedras Negras la afectación en los diferentes aspectos es palpable al interrumpirse en forma importante la continua comunicación y actividad comercial que existe entre ambas fronteras.
“Son números muy difíciles de calcular de manera certera. Yo no quisiera dar un número tal cual, pero son pérdidas millonarias en dólares cada día (…), muy lamentable está trastocando nuestra vida cotidiana en muchos aspectos. Obviamente, las principales pérdidas son económicas, para el sector comercial, industrial, de servicios», señaló Héctor Rodríguez, presidente de la Canaco en Piedras Negras, en entrevista.
El representante del CBP en la región sur de Texas, Paul de Rincón, indicó a los medios de comunicación que aún no hay fecha para que el Puente Internacional Uno sea reabierto, pues esto no sucederá en tanto no se vea reducido el cruce masivo de migrantes hacia Eagle Pass, debido a que los elementos de esa dependencia federal asginados a dicho paso fronterizo están colaborando con la Patrula Fronteriza Sector Del Río en el procesamiento de ilegales.
Desde el pasado fin de semana se ha observado una disminución en la llegada de grandes grupos de personas, sin embargo, la presencia diaria de migrantes se hace evidente en las calles de esta ciudad que se dirigen a las inmediaciones del Río Bravo.