Al asumir protesta este miércoles como nuevo obispo de Piedras Negras, Alfonso Miranda Guardiola, anunció este miércoles que se creará una “comisión de atención a víctimas de abuso al interior de la iglesia” en esta Diócesis, la cual quedó marcada por el caso del “Padre Meño” en el que hubo también acusaciones de presunto encubrimiento en contra del obispo saliente Alonso Garza y varias figuras sacerdotales.
En conferencia de prensa previa a su toma de posesión, Monseñor Miranda Guardiola dijo que la comisión pro víctima de abuso será aplicada conforme a los protocolos que se aplican a nivel nacional en los que formó parte durante su realización en la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Luego que a inicios del mes de junio la Conferencia del Episcopado Mexicano aceptó su renuncia por edad, Alonso Gerardo Garza Treviño, dejó la Diócesis de Piedras Negras con una trayectoria marcada por la acusación de encubrimiento por parte de las víctimas en el histórico caso del “Padre Meño”, al desempeñarse como rector del Seminario.
En 2017 al informar la víctima, Javier Calzada al a la Diócesis sobre este caso, narró con pruebas como se le solicitó que firmara una carta para exculpar al Obispo Alonso Garza de actuar en torno a las evidencias de abusos de “Meño” en el seminario quien al exhibirse el grave hecho únicamente fue cambiado del seminario al Santuario de Guadalupe para después quedar prófugo y entregarse meses después siendo encontrado culpable bajo una condena de 13 años de prisión.
El nuevo organismo anunciado por el Obispo, Alfonso Miranda, cobra suma importancia el para erradicar los casos de pederastia clerical que marcaron la gestión de la Diócesis Fronteriza.
La Diócesis de Piedras Negras fue erigida en 2003, al mismo tiempo que Alonso Garza fue ordenado como obispo, cubriendo a una población regional de 550 mil habitantes, de los cuales el 80 por ciento eran católicos, la cual mostró una disminución en las últimas dos décadas.
Y es que de acuerdo a estadísticas dadas a conocer por el Anuario Pontificio, revelan que de más de diez mil personas bautizadas ante la Diócesis en 2003, la cifra bajó a un poco más de cinco mil para 2019.