En medio de la crisis hídrica que enfrenta Nuevo León, autoridades descubrieron un mercado negro del agua. Con el descubrimiento de miles de pozos ilegales, vendiendo el agua a precios muy altos.
Hasta el momento se han detectado más de mil pozos clandestinos en ranchos, donde sus propietarios aprovechaban la crisis para vender el agua. Dichos pozos provocan que haya menos disponibilidad porque con su actividad se extrae más del agua permitida y la disponibilidad disminuye.
Alfonso Martínez Muñoz, secretario del Medio Ambiente estatal, manifestó a los dueños de estos pozos estar tratando con un delito federal.
«Lo que hemos visto es que muchas personas aprovechan la crisis; por ejemplo, tienen un pozo de agua, pero no está registrado ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua), entonces, ven que hay necesidad de agua y llenan pipas y las venden a la gente. Está prohibido vender el agua, es un delito federal, otras personas lo que hacen es un pozo y de ahí ellos surten a otras casas, cuando hay una red de Agua y Drenaje que puede ser conectada», reveló el funcionario.