A través de un acuerdo entre los gobiernos de México y Estados Unidos este fin de semana se confirmó el inicio de un plan de deportaciones masivas de migrantes de las ciudades como Piedras Negras y Juárez, donde se enfrenta una descomunal crisis humanitaria ante la llegada de decenas de miles de centroamericanos, principalmente venezolanos.
El Instituto Nacional de Migración anunció que tras una reunión con funcionarios de la Patrulla Fronteriza el pasado viernes en Ciudad Juárez se establecieron nuevas medidas a fin de «despresurizar» la frontera de México colindante con Eagle Pass, El Paso y San Diego, luego que durante los últimos días cruzaron el Río Bravo por esta ciudad alrededor de 10 mil migrantes solo en Piedras Negras.
«México está desbordado por la crisis migratoria», dijo el pasado viernes la canciller mexicana, Alicia Bárcena, en su visita a Nueva York.
Entre otras medidas se anunció el reforzamiento de las vías ferroviarias en México a fin de evitar que los migrantes arriesguen su vida al abordarlos en su propósito de llegar a la frontera con Texas.
Debido al caos en la frontera de Eagle Pass con Piedras Negras por donde diariamente cruzan enormes caravanas de migrantes compuestas en su mayoría por personas jóvenes y familias con niños, el Puente Internacional Uno está cerrado al paso vehicular y la ciudad de Eagle Pass fue declarada en estado de emergencia