A medida que se acerca la inminente toma de posesión de Donald Trump aumenta también la posibilidad que las ciudades fronterizas de México y Estados Unidos enfrenten una crisis migratoria sin precedentes, incluyendo la frontera entre Coahuila y Texas.
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, señaló este domingo que esa entidad se encuentra en “aviso de tormenta” ante la posible ola de deportaciones masivas y conforme se acerque la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos se sabrá si es “huracán o tormenta”.
“Nos estamos preparando, no sabemos ni siquiera lo que va a pasar. Ahorita nomás le hago el símil de que estamos en un aviso de tormenta, no sabemos, quizá conforme se vayan acercando los días, vamos a saber si es huracán, si no es y de qué grado, pero estamos preparándonos”, mencionó el gobernador tamaulipeco.
Desde el pasado mes de Octubre, la frontera entre Piedras Negras-Eagle Pass ha registrado un aumento en la llegada de numerosos grupos de migrantes sobresaliendo la presencia de niños de corta edad sin compañía, mientras que los últimos días de Noviembre fueron reactivados los operativos de la Secretaría de Defensa Nacional y el Instituto Nacional de Migración en el Río Bravo de Piedras Negras.
El director de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales, dela Universidad de Ottawa en Canadá, Roland Paris, indicó que las exigencias de Trump en el tema migratorio “son perversas pero predecibles” ya que es su modus operandi para desequilibrar a sus socios comerciales.
En tanto, una nueva caravana de más de dos mil migrantes salió ayer domingo de Tapachula, Chiapas para intentar llegar a la frontera con Estados Unidos antes del 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, con la esperanza de que ese día las autoridades de Estados Unidos abran las puertas y los dejen entrar.