Este sábado, una familia de cuatro migrantes panameños, un hombre y una mujer adultos, acompañados por una adolescente y un bebé de tan solo dos años, se enfrentó a una situación complicada al intentar cruzar la frontera de manera irregular a través del río Bravo.
Fue a la altura del puente ferroviario donde el hombre adulto, cargando a su bebé en brazos, se atrincheró en medio del río al percatarse de que su paso estaba bloqueado por las autoridades de Seguridad Pública de Texas, enfrentando así el peligro de ser arrastrados por la corriente.
A pesar de los esfuerzos de los elementos de la SEDENA para persuadirlos de regresar, solo la jovencita y su madre lograron acercarse a la orilla del lado mexicano, mientras que el hombre junto con el bebé permanecieron varias horas en una situación angustiosa en medio del río.
Transcurridas varias horas parado soportando la corriente y con su hijo en los brazos, el hombre, exhausto y entre lágrimas, cedió ante la fatiga y clamó por ayuda, temiendo por la seguridad de su bebé.
Los elementos del ejército acudieron en su auxilio, brindándole el apoyo necesario para alcanzar suelo mexicano. Sin embargo, su frustración era evidente, expresando su convicción de que, al abandonar el río, él y su familia serían alejados, privándolos de la oportunidad de alcanzar el tan anhelado «Sueño Americano» estando a solo unos metros de pisar suelo estadounidense.