Las implicaciones del cambio climático en el mundo no son la raíz del problema para que la disponibilidad del agua sea cada vez menor, sino el acaparamiento de muchas empresas, aseguró la científica coahuilense, Rosario Sánchez.
En una entrevista que se ha viralizado con Nayo Escobar, la doctora originaria de Saltillo llamó “sequía inducida” a la intervención humana en el uso de recursos hídricos usando el ejemplo del Río Bravo, del cual algunos estudios han revelado se encuentra en “sequía perpetua” debido a los ríos que lo alimentan se han secado.
“Nos hablan mucho de cambio climático pero en realidad lo que la ciencia dice, lo que nos ha revelado es el consumo, el ritmo de extracción lo que nos está poniendo en jaque (…), las cuencas en toda la frontera con Estados Unidos están sobreexplotadas, están exahustas”, afirmó.
Durante la última década se ha consumado un desastre ambiental de incalculable magnitud en municipios como Zaragoza así como en la frontera de Piedras Negras, al desaparecer por completo ríos como el San Antonio, San Rodrigo y Escondido que desembocaban en el Río Bravo.
Y es que el acuífero Allende-Piedras Negras del cual dependen la mayoría de los municipios de esta región, se encuentra desde 2020 en categoría de sobreexplotado y en riesgo de secarse, de acuerdo a datos de CONAGUA que exhiben un faltante anual de 35.2 millones de metros cúbicos por un desequilibrado otorgamiento de concesiones entre las que se encuentra la Cervecera Constellation Brands con un total de 20 millones de metros cúbicos al año, lo que representa el doble de que puede consumir Piedras Negras para abastecer la necesidad humana.
En un estudio técnico de las aguas nacionales subterráneas elaborado en 2011, se señaló que el acuífero Allende-Piedras Negras no presentaba ningún déficit, sin embargo en el documento se lee la advertencia:
“La reciente instalación de una importante industria (cervecera) en la región, permite inferir que la zona de Allende y Piedras Negras exigirá cada vez mayor demanda de agua (…), se corre el riesgo de que la extracción de agua rebase la renovación natural del acuífero y que ello genere sobreexplotación del mismo”.